El ángel Moroni de pie en lo alto de la aguja de un templo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, anunciando la Restauración, parece un toque final natural y necesario en cada casa del Señor.
Pero la presencia de Moroni en los templos de todo el mundo es un agregado relativamente reciente de estos edificios sagrados, que solo se volvió un estándar mayormente en las últimas décadas.
“En la actualidad, pensamos en las estatuas del ángel Moroni como un estándar de los templos, pero eso es porque se han colocado sobre los templos desde la década de 1980, [que es cuando] se han construido la mayoría de los templos”, dijo Emily Utt, curadora de sitios históricos del Departamento de Historia de la Iglesia.
Utt habló con Church News sobre los orígenes de las estatuas del ángel Moroni y la razón por la que están presentes en los templos de la Iglesia de Jesucristo.
El primer templo en contar con algún tipo de ángel fue el Templo de Nauvoo, Illinois, que tenía una veleta en forma de ángel. Utt explico que, en la década de 1840, las veletas con forma de ángel eran extremadamente populares en los Estados Unidos.
“Así que, cuando José Smith está edificando el Templo de Nauvoo, ponen una veleta en ese templo, y tiene forma de ángel, simplemente porque esa era la costumbre. Esa era una temática muy común”.
Este ángel sin nombre sostiene una trompeta apoyada en los labios y un libro en la mano. Hace referencia al ángel del libro de Apocalipsis que anuncia la segunda venida (Apocalipsis 14:6).
Cuando los santos de los últimos días llegaron a Utah y comenzaron a trabajar en el Templo de Salt Lake, los primeros bosquejos del templo también mostraban veletas en forma de ángeles.
Sin embargo, para la década de 1890, las tendencias arquitectónicas habían cambiado y se volvió común que los grandes edificios públicos tuvieran estatuas. “Así que, la Iglesia quiere mantener esta figura angelical, pero decidieron cambiarla por una figura de pie porque eso es lo que la arquitectura de la época estaba haciendo”, dijo Utt.
Cyrus Dallin, cuyos ancestros se habían unido a la Iglesia, pero la abandonaron poco después de llegar a Utah, no era miembro de la Iglesia, pero se le encomendó esculpir una estatua en forma de ángel para el Templo de Salt Lake. Al principio, rechazó el pedido del presidente Wilford Woodruff, declarando que no creía en ángeles. Pero, pronto, la madre de Dallin lo persuadió a aceptar el encargo.
“Algunos de esos primeros bosquejos no le dan un nombre, y algunos de ellos lo llamaban Gabriel”, dijo Utt. Es probable que la estatua de Dallin fuera originalmente Gabriel, el cual era muy común en las iglesias de la época.
Antes de que la estatua se colocara en el Templo de Salt Lake, los líderes de la Iglesia fueron a verla al estudio de Dallin. Según Utt, “uno de los apóstoles dijo: ‘Deberíamos llamarlo Moroni’. Y en el transcurso de aproximadamente una semana, ya no lo estaban llamando Gabriel. Lo estaban llamando Moroni”.
El Moroni de Dallin se creó con un estilo neoclásico, tiene una túnica que ondea con una capa corta que deja sus brazos al descubierto y lleva puesto un gorro.
Utt dijo que no se ha encontrado evidencia que explique por qué necesitaba ser Moroni, pero el nombre se mantuvo luego de eso.
Pasarían otros 60 años antes de que se colocara otra estatua de Moroni en un templo.
El Templo de Los Ángeles, California, que fue dedicado en 1953, tenía una estatua creada por el artista local Millard F. Malin. Utt describió que lucía como “una pintura de Arnold Frieberg”. Este Moroni tiene rasgos de los nativos americanos, una túnica maya, sandalias en los pies, contextura musculosa, una trompeta sostenida con la mano derecha elevada y planchas de oro en la mano izquierda.
Para esta época, las estatuas en los edificios habían pasado de moda, pero los líderes de la Iglesia escogieron poner una estatua de Moroni en este templo debido a lo que representaba.
“El Templo de Los Ángeles fue un edificio emblemático”, dijo Utt. “Fue un monumento al crecimiento de la Iglesia”.
Dos décadas después, otro templo monumental recibió una estatua de Moroni, esta vez diseñada por Avard Fairbanks. El Templo de Washington D.C., que fue dedicado en 1974, tenía una estatua del ángel Moroni que sostenía planchas de oro como la estatua de Malin y tenía una túnica que recordaba a la estatua de Dallin.
“Así como Los Ángeles es un edificio monumental en la costa oeste, el Templo de Washington D.C. es un edificio monumental en la costa este”, dijo Utt. Junto con el Templo de Salt Lake, estos edificios “representan que la Iglesia está aquí, que es permanente y que se quedará por un largo tiempo. Así que, es unificador tener estatuas de Moroni en esos tres templos”.
Utt también señaló que el Templo de Washington D.C. no fue el primer edificio emblemático de la Iglesia en la ciudad en contar con una estatua de Moroni.
“El centro de reuniones del Barrio Washington D.C. fue diseñado como este tipo de edificio emblemático en el corazón del centro de Washington D.C.”, dijo Utt. Estaba junto a otras iglesias prominentes y cerca de muchas embajadas. “Así que, era un edificio diseñado para ser grandioso por su ubicación en el centro del capitolio [de la nación]”.
Torleif S. Knaphus, conocido por su Monumento a los Carros de Mano en la Manzana del Templo, recibió el encargo de crear una estatua de Moroni basada en la escultura de Dallin. Aunque se ven parecidas desde abajo, su escultura tiene brazos más robustos. Se colocó en la capilla del Barrio Washington D.C. a comienzos de la década de 1930. Cuando se vendió el edificio, la estatua se quitó en 1976 y se colocó en el Museo de Historia de la Iglesia, donde permanece en exposición.
Luego de la dedicación del Templo de Washington D.C., “la Iglesia entró en una era de templos estandarizados. Los estábamos construyendo más pequeños y más rápido”, dijo Utt. Los arquitectos de la Iglesia buscaban una forma de crear unidad entre los templos, y la estatua de Moroni se convirtió en una forma fácil de identificar a los templos.
Al comienzo, se solía crear una estatua de Fairbanks o de Knaphus a escala y ponerla en un templo. Pero luego, la Iglesia le encargó a Karl Quilter que no solo diseñara una nueva estatua del ángel Moroni, sino que creara una que fuera más fácil de construir y transportar.
Quilter tenía experiencia en el diseño industrial y en la construcción con fibra de vidrio. “Así que, queríamos ángeles que fueran livianos y fáciles de transportar, y que se pudieran realizar a escala”, dijo Utt. Estas esculturas de fibra de vidrio son suficientemente livianas para transportarlas en helicóptero y son más económicas que las grandes y pesadas estatuas de bronce.
Comisionado en 1978, Quilter creó dos estatuas de Moroni —la primera sostiene la trompeta con los dedos separados, tiene la manga izquierda lisa con un borde recto, su brazo izquierdo está doblado y su mano está cerrada en un puño. La segunda sostiene la trompeta con más firmeza, tiene arrugas definidas y un dobladillo en el borde de la manga izquierda, la cual ondea con el viento.
En 1998, Quilter rediseñó nuevamente su estatua de Moroni con mayor altura, una túnica con capas, la mano izquierda abierta y el cuerpo vuelto levemente para dar más movimiento.
La estatua final fue creada por LaVar Wallgren. Él trabajó extensamente con Quilter y también creó moldes del ángel Moroni de Knaphus del Barrio Washington D.C. para utilizar en otros templos. El ángel Moroni de Wallgren es más joven que los demás, usa una túnica con una faja atada y sostiene un rollo en la mano izquierda.
Esta tendencia arquitectónica que se volvió una tradición celebrada ahora es algo común en los templos. A algunos templos que no fueron diseñados con una estatua del ángel Moroni en mente se les ha añadido una luego de ser renovados y rededicados.
Cuando la Iglesia diseña y edifica templos, “no estamos aislados”, dijo Utt. “Las personas que los diseñan usan como fuentes su propia historia y experiencias”.
Desde una tendencia arquitectónica, pasando por una forma de marcar un edificio emblemático, hasta un estándar fácil de reconocer para los templos —cualquiera sea su propósito— las estatuas del ángel Moroni son una forma en que los santos de los últimos días celebran la terminación de otra casa del Señor y recuerdan cómo comenzó la Restauración.
Y, en última instancia, Moroni tiene el mismo propósito que tenía la veleta de ángel sin nombre. Tal como explicó el presidente Gordon B. en la conferencia general de octubre de 1997, “la figura de Moroni en lo alto de muchos de nuestros templos, es un recordatorio constante de la visión de Juan el Revelador: ‘Y vi a otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, y tribu, y lengua y pueblo’” (“Miren hacia el futuro”, conferencia general de octubre de 1997, p.67).
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